LA TAZA MAGICA

 LA TAZA MAGICA

 El café vuelve a circular libre por mis venas. En los últimos años lo desalojé de mi dieta. Por cautela médica y miedos inducidos. Pero ha vuelto a ser mi amigo. Me gusta corto, caliente, con espuma y sin azúcar; y prefiero tomarlo en los bares, mientras escudriño algún periódico y pienso en las musarañas.

 El problema es que la mayoría de los brebajes que me suministran son infames. Liquiduchos aguados, tibios, hechos sin oficio, directamente destinados a la gran cloaca de los cafés lamentables. Necesito algo como ésto.

No más sucedáneos.

Beatriz, , resignada a escuchar estas monsergas día tras día, me ha proporcionado esta foto precisa como un disparo en la sien. Es de Chema Madoz, un grande. La imagen es una metáfora concisa y, a la vez, rotunda. Esta taza con sumidero debería ser fabricada industrialmente, en serie. Se evitarían más catástrofes intestinales. Imaginaros miles de litros de cafés evacuados, al instante de ser servidos, a la alcantarilla.

 De momento, la foto es un guiño simbólico. Una fantasía. En una sociedad perfecta sería magia para los sentidos. Desde ahora es el anagrama perfecto para la Liga de Bebedores de Cafés Decentes, una organización cuyo único miembro soy yo.

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