ZAIREÑA/ y FOUR…

Fin. He regresado, algo torpe, a la Jaula. El safari ha concluido. Resultado: sumariamente agridulce como todo lo que es humo. Ahora mismo, domingo, 19,08 horas, recuerdo lo que ha sido como si fuera polvo sucio bajo mis pies. Mi cuerpo es una secreción abandonada a su suerte. Me reto a la supervivencia sin frigorías. Anoto: paciencia limitada. Por tanto, cada cierto tiempo, enciendo el PANASONIC . No es lo mismo, falta la atmósfera del exilio y la voluntad del extrañamiento. Aquí, en el redil, todo es inercia sin relato. El sopor milenario es el nimboestrato…

EMERSIÓN

Y la piel, ayer limpia y pulida, ahora es un feldespato que transpira. Alrededor todo es ocre y huele y la Jaula una placenta carbonizada donde los escorpiones mueren de sed (¿¿).

Bebo agua con limón con una paja y leo a HOUELLEBECQ al bies dado que internarme en su prosa de arpía es un tormento mas allá de los 30 grados. Supongo que sobre las dos de la madrugada saldré al balcón a tomar el pus del alquitrán y la calima. Para entonces, espero seguir erecto…Será entonces y solo entonces cuando cancele otro día de esta chaladura pre-veraniega en la vieja ciudad licuada.

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