ORNITORRINCOS EN LA CIENAGA (MENGUANTE) – I –

 

RAJOYTERIGIO “vs” MAS-CATALINICUX

 

        En la charca, tras el verano, estos jefes tribales mantienen una pelea ridícula, entre tinieblas, sorda y sórdida a la vez. Como sabemos, ámbos son saurios y por tanto sinuosos, oblicuos y resbaladizos. Se divierten, tal vez por ello, cruzándose cartas y mensajes equívocos. Juegos de salón. Uno aspira a vivir en una jauja estrictamente personal de humo y valeriana y el Otro sueña despierto con una pequeña Liliput mesopotámica en la esquina nordeste del alborotado muladar. Nada nuevo.

Ambos se desprecian pero tienden a la caricatura y a la comedia bufa. Su retorcido tejemaneje hiede y resulta indigesto para las almas heridas. No cabe duda que, mientras tanto, los hinchas y los extremos, disfrutan de las soflamas y los delirios.

Cuando entonces...otra vez.
Cuando entonces…otra vez.

Pero fuera de su laberinto, la fauna cenagosa ya ha sentenciado: el vodevil tiene fecha de caducidad y se resolverá con pasta y profusión de banderas rotas y estertores. A pesar de la catatonia de los dos héroes

TRIPTÓFANO

 

     Tomaba un Yzaguirre a pequeños sorbos, felizmente alelado por su eficacia seca y por los 28 grados de este Septiembre luminoso y medio sudanés, cuando me he preguntado por mí caudal del alegre Triptófano.

    Me informan en los periódicos que es un aminoácido que provoca el humor y lo desparrama por nuestros cuerpos. Su ausencia, según parece, no es trendy. Estoy por pedirme otro Yzaguirre para estimular que esa hormona de la risa sea un río infinito recorriendo mis venas y no cese.

  De todos modos, mis desconocidas reservas del afamado Triptófano se habrán visto asombrosamente incrementadas, cuando he leído que la satrapía ejecutiva de Twitter se dispone a salir a Bolsa para reduplicar los 500 millones de dolares que van a ganar este año gracias a los aullidos de la jauría.

Mister Twerr al final de otro día.
Mister Twett al final de otro día.

   Me triptófono de la risa al comprobar como las turbas hacen multirico a Mister Costolo, gracias a ese aminoácido de 140 caracteres que segregan sin pausa en cada nanosegundo casi todos los ciudadanos que conozco. Me chiflan estas paradojas de la modernidad.

  Y puestos a preguntar añado: escribir bobadas en Twitter fomenta la triptofanía o es una hormona primate aun ignota para la Ciencia. Debería contarlo, ya tarda, Miss Julia Otero en una edición especial de mil horas en cualquiera de las cadenas de Atresmedia, nuestra venenosa cúpula pata negra y luego, por fa, whasapearlo al orbe. Que menos.

       « Camarero otro Yzaguirre y unas olivicas sin hueso.»

RUIDO

Está bien…sigamos un poco más.

La verdad es que había renunciado a continuar esta cháchara. Recluido en el silencio, en medio del inmenso e insaciable ruido que nunca termina, había encontrado una nube para desaparecer en ese justificado anonimato que tanto le convendría a toda esa jauría que jamás calla. Y estaba – estoy — bien. Sin necesidad de bla,bla,bla.

Que objeto tiene mantener este rincón en esa babel de doscientos millones de bitácoras aullando, gimoteando, segregando, balbuceando cada segundo, cada minuto, en el mismísimo vacío.

Callar y darse la vuelta hacia un dulce mutismo que no deberíamos haber abandonado. Esa era la meta. Durante el verano zulú dejé pasar los días sin asomarme a esta ventana y no necesité su abrigo para reconciliarme con mí sombra.

 Grosz

Pero aquí estoy, de nuevo, sin saber muy bien porqué…..y hacia donde voy a ir. El ruido es brutal. Desalienta. Contribuir a incrementarlo un micro-gramo más debería ser ilegal. Sin embargo caminemos un poco más aunque se me acaban las balas. Hola otra vez…